Tan solo piensalo.

Lo bonito de una mala racha son las cosas positivas que quedan al final. Es como cuando hay un gran banquete y dejamos para el final lo que más nos gusta. Sólo merecen ese final los que más te quieren, los que te aceptan por tal y como eres, los que te ayudan y esperan en todas las situaciones. ¿Cómo sabemos quiénes son? Como ya dije una vez, la vida no viene con las instrucciones preparadas, las instrucciones las vas escribiendo tu a medida que vas viviendo la vida y experimentas todo sobre ella. 
Nos dicen que no merece la pena estar mal por eso que nos revienta, pues yo pienso que aveces nos engañamos con esas palabras. Quizás pasar por ese mal momento nos lleve a poner otro número a nuestras instrucciones. 
Claro está que la vida no sólo se basa en reír, ser feliz y tener todo aquello que deseas, la vida tiene varias experiencias. Todas hay que vivirlas y recordarlas, pero recordarlas con un bonito final, hasta las más horribles. 
Yo vivo en una ciudad bonita, con gente bonita, con situaciones como todas las situaciones, con un ambiente alegre, olor a mar y cielo azul. Y aveces me quedo ciega y no soy capaz de ver todo eso bonito que me rodea.
Nunca nos agrada saber que no somos los únicos que pasamos por lo malos momentos, pero merece la pena saberlo. 
¿Sabes cuál es la mejor forma de sobrevivir a un mal momento? 
Muy fácil. Tan sólo con una sonrisa, una sonrisa cuesta muy poco, pero en nuestro interior, en el fondo muy fondo, nos hace un cosquilleo y nos sentimos bien. No todo es fácil, por eso hay que hacerlo fácil. Cuando estés cansado, aislate y piensalo. Suspira, llora, ríe... Pero ante todo una gran sonrisa.