Piensa que no hay mal que por bien no venga.

Merece la pena creer en las segundas oportunidades, que todavía es posible. Aveces es mejor dejar las zapatillas a un lado y soñar que todo es posible, soñar con un mundo en el que los sentimientos de las personas son sinceros. Porque si te sientes bien, ¿qué mas da que sea perfecto? 

Vivimos pensando que hay mañana, un quizás o un tal vez otro día, pero no. Hay que vivir cada instante como si fuera el último. Si tienes la oportunidad, ¡HAZLO! y sonríe que ya vendrán tiempos peores...

Cada día malo, cada fallo y cada caída me hacen subir un escalón, me hacen más fuerte y la verdad, no esta tan mal verle ese lado positivo a las cosas.  Llora, deja escapar entre lágrimas lo malo que hay dentro de ti.

Vive, sé feliz, vale la pena, por los tuyos.

la sonrisa más sincera se hace sin querer y sin querer esa sonrisa nos hace felices y grandes en este mundo tan inmenso.