Vamos a soñar despiertos.

Deja que hable, déjame hablar de lo que siento, corazón. No se si es porque soy así, pero no logro decir con mi boca, mi voz, cosas que me hacen brillar, reír, llorar o incluso impacientarme. No puedo decir con palabras lo que me haces sentir, tu. Es una ironía decir que me da igual que la gente que hoy tengo entre mis brazos mañana desaparezcan. Volvieron las ganas de apostar.

Verás, no se como explicarte que, mi corazón llora, si, aunque estemos contentos, tiene miedo. ¿De qué? Tiene miedo al amor, al tiempo, tiene miedo al dolor. ¿Pero qué dolor más bello hay que herirse por amor? Puede que el amor duele como cada espina, pero llena tu vida vacía, la abunda de color y eres tu, somos nosotros, los que queremos aferrarnos al amor.

Verás, no se como explicarte que, ahora ya no soy una sola persona, porque ahora estás tu, estás tu representado como la droga más dura. No se como explicarte que no sé vivir si no te tengo al lado. No quiero fallarte, no quiero que esto se acabe.

Y es que sólo tu limpias mis heridas, déjame decirte con una mirada lo que no puedo decirte con mi voz. ¿De qué sirve decirtelo? Quien no entiende una mirada no entenderá la mayor de las explicaciones. Que mayor explicación que te quiero, que ahora todo es distinto, que me has enseñado cosas que nadie antes pudo hacer.