Todos sentimos miedo, pero siempre es bueno.

Quizás fuese el momento, quizás fuese la persona equivocada. Puede que acierte o puede que me equivoque. La verdad es que se pocas cosas y las que se no me interesan. 
Quizás sea tonta, pero cuando estaba en el quirófano aquella vez, en aquella horrible habitación blanca semi bacía, después de tantas radiografias, pac y operaciones fallidas, estaba segura de que era feliz y que pasara lo que pasara esas personas que consiguieron que una persona, tan pesimista como yo, fuese feliz, esas personas jamás podría olvidarlas. 
Hay personas que llegas a conocer y jamás vuelves a ver. Hay personas insprecindibles, pero que te traicionan. Hay personas que no te convienen, pero las necesitas. Hay gente que llega a tu vida, se hace importante y se va. Desde que nacemos conocemos a centenares de personas y vemos miles de caras. Personas que nos presentan, pero que jamás volvemos a saludar. Personas que te saludan, pero no saben nada de ti. Personas que te conocen desde pequeña, pero no saben lo que realmente necesitas. Personas que te conocen de poco y lo saben todo de ti. Pues en aquel momento, justo en ese instante, mientras me anextesiaban, sabia cuantas caras había conocido y las que merecían la pena. Sabía por lo que hoy estaba aquí. Que cuando saliera de allí, cuando todo se terminara, el dolor, la nostalgia, aveces la soledad y todo, me dedicaría a vivir la vida. Aprendí quienes de verdad estaban ahí o quienes no le dieron importancia, aquellos que se quedaron sin dormir aquellas noches, por que quizás no sabrían nada más de mi. Y esto es real, aveces hay que mirar más allá de los ojos. 
Mienten, todos mienten, elije a quien te miente para hacerte feliz, pero siempre dice la verdad y jamás te dejará de querer. Y la verdad puede que jamás me arrepienta por haber vivido aquella "enfermedad" porque me ayudó a aprender muchas cosas, a abrirme lo ojos. Jamás temas a lo desconocido, ni a lo nuevo, ni a lo malo, ni si quiera a la enfermedad más enfermiza, todo siempre trae algo bueno. No siempre el que siente miedo es el cobarde, todos sentimos miedo.